Salmo 40 | Versión completa | Explicado

El Salmo 40 comienza con el salmista agradeciendo a Dios por haber escuchado su clamor en el momento en que más lo necesitaba. El versículo 2 describe cómo Dios lo sacó del abismo, lo levantó y fijó sus pies en la roca firme. Esto da la sensación de que el salmista estaba desesperado y a punto de caer, pero Dios lo salvó.

En el segundo párrafo, el salmista agradece a Dios por su ayuda y su misericordia. Describe cómo todos los que ponen su confianza en Dios son bendecidos, y que él también ha confiado en su providencia. El verso 4 habla de cómo Dios ha obrado maravillas y no hay nada que pueda ser comparado con su poder.

El tercer párrafo es un momento de reflexión del salmista sobre cómo Dios se preocupa por aquellos que lo buscan y confían en él. Describe la manera en que Dios goza de sus fieles y quiere bendecirlos. Él desea seguir cumpliendo su voluntad y que sus mandamientos sean grabados en su corazón.

En el cuarto párrafo, el salmista aún sigue alabando a Dios, donde pide su ayuda y su guía. Pero luego cambia de tema y habla de la gran cantidad de transgresiones que ha cometido. A pesar de esto, Dios lo levanta y lo salva.

Por último, el salmista pide a Dios que no se aleje de él, que lo ayude y lo proteja siempre. Él sabe que está rodeado de enemigos y que necesita la protección de Dios en todo momento. El salmo termina con una oración por la salvación, la protección y la bendición de Dios. En general, el Salmo 40 es un poema de agradecimiento y súplica, que nos enseña cómo confiar en Dios y recibir su ayuda en los momentos difíciles.

¿Qué dice el Salmo 40?



Salmo 40

1 Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.

4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados.

6 Sacrificio y ofrenda no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.

7 Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;

8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.

9 He anunciado justicia en grande congregación;
He aquí, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.

10 No encubrí tu justicia en mi corazón;
He proclamado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad ante la gran congregación.

11 Tú, oh Jehová, no retendrás tus misericordias de mí;
Tu misericordia y tu verdad me guardarán siempre.

12 Porque me han rodeado males sin número;
Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista;
Son más que los cabellos de mi cabeza, y desfallece mi corazón.

13 Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme.

14 Sean avergonzados y confundidos a una
Los que buscan mi vida para destruirla;
Vuelvan atrás y avergüéncense
Los que mi mal desean.

15 Sean asolados en pago de su afrenta,
Los que me dicen: ¡Ah! ¡Ah!

16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y digan siempre los que aman tu salvación:
Enaltecido sea Jehová.

17 Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.



¿Qué enseñanzas nos deja el Salmo 40 católico?

A continuación se muestran las enseñanzas del Salmo 40:

  • 1. Paciencia y confianza en Dios: El salmista reconoce la espera paciente que tuvo por ayuda de Dios, y su confianza en que Él lo escucharía y salvaría.
  • 2. Alabanza y gratitud a Dios: El salmista expresa su agradecimiento a Dios por su amor y misericordia, y declara su disposición a hacer Su voluntad.
  • 3. Arrepentimiento y confesión de pecados: El salmista reconoce su propia debilidad y fallas, y clama a Dios por perdón y ayuda para vivir de manera justa.
  • 4. Esperanza y fortaleza en tiempos de angustia: El salmista reconoce que los tiempos difíciles son frecuentes, pero afirma que Dios es su fortaleza y refugio fiel en tiempos de necesidad.
  • 5. Testimonio y compromiso de servicio: El salmista declara su compromiso de hablar de las maravillas de Dios y de servirle con fidelidad y devoción.



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