Oración del CORDERITO MANSO para dominar un amor

Esta oración puede ser realmente poderosa cuando se realiza con mucha fe y correctamente. Es una oración que se tiene que hacer con completa responsabilidad, manteniendo alejados todos los malos pensamientos que podemos llegar a tener, incluyendo cualquier pensamiento egoísta.

3 oraciones del corderito manso muy eficientes para el amor

Amansa y amarra un enamorado con la siguiente oración de amarre…



Jesucristo es el vencedor y siempre lo será. Así como esto es una verdad, que yo pueda conseguir vencer el corazón de…, que como si fuera un manso cordero, que venga hacia mis pies, como nuestro señor Jesucristo fue hacia la cruz.

Corderito manso que te encuentras en el altar, te ruego que puedas vencer a mis enemigos y a todos aquellos que estén en mi contra; que mi corazón encarne en el de él, de la misma forma que encarno Jesucristo, mandando a Lázaro, consiguiendo vencer a la muerte, de la misma forma en que yo tengo que vencer a mi enemigo, como el traidor que es. Con dos lo miro, con tres lo agarro y con la sangre de Jesucristo al corazón lo parto.

A mis enemigos veo venir, con los ojos vendados y con los brazos inutilizados.

Sangre de Jesucristo me pide, y yo nunca se las daré. Yo te pido, mi gran Señor, que me traigas a (decir nombre de la persona), te ruego que me lo traigas, rendido a mis pies, desanimado, sin fuerza y vencido.

Si hay algo que el diableo intente en mi contra, si a la Justicia que se haga, pues el diablo no podrá ganar; si pusiera a defensores, todos se negarán. Jesucristo, como un cordero, estarás en mí, y al mirar mi presencia todos quedarán desmayados.

Amén.



Oración del corderito manso para someter a un amor

Mi manso corderito,

te ruego que sometas mi amor. Amo demasiado y me consume. Me consumen las llamas de mi propia pasión, y ya no puedo ver con claridad. Ya no puedo pensar con claridad.

Por favor, manso corderito, quita mi amor. Llévate el fuego que arde dentro de mí. Déjame estar en paz, y déjame estar contento con lo que tengo.

Sé que no soy digno de tu amor, pero te suplico tu misericordia. Soy un pecador, y sé que no merezco tu perdón. Pero estoy desesperado y necesito tu ayuda.

Por favor, manso corderito, ayúdame a controlar mi amor. Ayúdame a mantenerlo bajo control. Ayúdame a usarlo sabiamente, y a no malgastarlo en cosas que no importan.

Enséñame a amar a los demás como a mí mismo. Enséñame a amar a mis enemigos y a rezar por los que me persiguen.

Sobre todo, manso corderito, enséñame a amarte. Enséñame a amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas.

Soy tu humilde servidor,

[Tu nombre]



Oración del corderito manso para dejar de sufrir por desamores

La oración del manso corderito para dominar un amor

Señor mío, soy una mansa ovejita,

y te ruego que me ayudes y me guíes.

He sido golpeado por el amor,

Y parece estar más allá de mi control.

Este amor lo consume todo,

y amenaza con abrumarme.

Por favor, ayúdame a dominar este amor,

y a ponerlo bajo mi control.

Concédeme la fuerza y la sabiduría

Para saber cómo manejar este amor,

y utilizarlo de forma que te sea grato.

Sobre todo, Señor,

te pido que este amor no me consuma,

sino que sea una fuente de fuerza y alegría.

En el nombre de Jesús ruego,

Amén.



Se trata de una oración que es muy utilizada para dominar a nuestros enemigos, pues la oración del corderito manso puede hacer un estupendo trabajo en estos casos.

Todas aquellas personas que nos roban la paz y nos causan inquietud, pueden ser dominadas por medio de esta oración, consiguiendo así que podamos conseguir nuestros objetivos más fácilmente.

Consejos para rezar con fe oraciones para el amor y tener resultados

Cuando oramos, es importante tener una gran fe en el poder de nuestras oraciones. Nunca debemos dudar de que nuestras oraciones serán respondidas. Cuanta más fe tengamos, más probable será que nuestras oraciones sean respondidas.Cuando rezamos con gran fe, estamos aprovechando una poderosa fuente de energía y fuerza. Estamos aprovechando el poder del amor. El amor es la fuerza más poderosa del universo. Es lo que nos da la fuerza para seguir adelante cuando todo lo demás falla.

Cuando rezamos con gran fe, nos estamos abriendo a recibir el amor de Dios. Le pedimos a Dios que nos llene de su amor. Le pedimos que nos ayude a amar a los demás como Él nos ama. Es una tarea difícil, pero que todos podemos alcanzar si estamos dispuestos a esforzarnos.

  • El primer paso es simplemente rezar. Habla con Dios sobre tu día. Dígale con qué está luchando. Pídele ayuda. Luego, escucha. Escucha su voz en el silencio. Él te hablará.
  • El segundo paso es actuar en base a lo que escuchas. Si Dios te dice que hagas algo, hazlo. No te lo pienses dos veces. Simplemente hazlo.
  • El tercer paso es seguir rezando. Reza a lo largo del día. Reza cuando te levantes por la mañana. Reza antes de irte a la cama por la noche. Reza mientras conduces tu coche. Reza cuando comas. Reza constantemente.
  • El cuarto paso es tener fe. Cree que Dios responderá a tus oraciones. Lo hará.
  • El quinto paso es perseverar. No te rindas. Reza incluso cuando parezca que no ocurre nada. Dios está trabajando incluso cuando no podemos verlo.
  • El sexto paso es compartir tu fe con los demás. Cuéntales tus experiencias con Dios. Comparte tu testimonio. Invítalos a rezar contigo.
  • El séptimo paso es vivir tu vida de tal manera que refleje tu fe. Deja que tu luz brille ante los demás. Sé un ejemplo de lo que significa seguir a Jesús.
  • El octavo paso es seguir aprendiendo. Lee la Biblia. Ve a la iglesia. Escuchar buenas enseñanzas. Estudia. Crece en tu comprensión de quién es Dios y cómo trabaja.
  • El noveno paso es servir a los demás. Encuentra maneras de servir a los que te rodean. Busca oportunidades para bendecir a otros.
  • El décimo paso es dar generosamente. Da tu tiempo, tus talentos y tus recursos.

Estas son sólo algunas ideas de cómo puedes orar con gran fe. Lo más importante es simplemente empezar a rezar. Habla con Dios de todo. Él quiere saber de ti. Está esperando para bendecirte. Ora con gran fe y observa cómo Dios actúa en tu vida.

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