Oración a Santa Elena para que el AMOR regrese

A continuación una poderosa oración a Santa Elena bendita para regresar o recuperar el amor de una ex pareja, esposa o marido, para amarrar y desesperar a una persona dominando sus pensamientos. Esta oración a Santa elena es muy eficiente para que te busque ese amor, aunque también es muy usada contra infidelidades y para alejar amantes. La oración no es mala, todo lo contrario es muy buena, pero el secreto está en rezarla con mucha fe y encendiendo 4 velas blancas durante 7 días seguidos mientras se reza.

Oración de Santa Helena para traer tu amor de vuelta

San Helena tú que eres gloriosa, que fuiste al Calvario y tres clavos trajiste.

Uno de ellos se lo entregaste a tu hijo Constantino, el otro lo echaste al mar, para que los navegadores tengan buena salud, y el último lo cargas en tus manos llenas de hermosura.

Santa Elena, yo (aquí debes decir tu nombre) te pido que me entregues este tercer clavo, para que pueda ser yo quien lo clave en el corazón de (nombre de la persona que quieres traer de regreso), para que no tenga paz o sosiego si no está conmigo, mientras que no se case conmigo y me declare su amor, que no esté tranquilo/a.

Gran espíritu que te encargas de iluminar a las almas, ilumina el corazón de (nombre de la persona que quieres de regreso), para que siempre esté en sus pensamientos, para que me ame, me adore y me desee, y todo lo que tenga me lo dé, que sea impulsado/a por tus poderes, Santa Helena, que esa persona sea el esclavo/a de mi amor.

Que armonía y paz no pueda tener hasta que regrese a mi lado, hasta que viva conmigo, siendo mi amante, dócil y cariñoso.

Que sea fiel como un perro, rápido como un mensajero y manos como un cordero, que (nombre de la persona que quieres que regrese) venga urgentemente a mi lado, sin que ninguna fuerza física o espiritual pueda detenerlo hasta que llegue. Que su alma, cuerpo y espíritu vengan porque le estoy llamando, porque le domino y le inspiro.

Mientras no venga a mi apasionado y manso, rendido de amor por mí, que su conciencia no esté tranquila.

Si me traicionó, me mintió, que venga a pedirme disculpas por haberme hecho sufrir. (Decir nombre de la persona que quieres que regrese) ven a mi porque te estoy llamando, te ordeno que vuelvas inmediatamente a mi (decir tu nombre), por el gran poder de Santa Elena y por el poder de nuestros ángeles de la guarda.

¡Que así sea, y así será!

Cuando hayas terminado la oración, reza un padre nuestro y un ave María. La oración tiene que repetirse por 7 días seguidos para que pueda entregar su amor a los cuidados de Santa Elena

Santa Elena era la madre del emperador Constantino el Grande y una emperatriz del imperio romano. Se sabe muy poco sobre los primeros años de vida de Helena, pero se cree que ella es de Drepanum (más tarde conocida como Helenopolis) en Asia Menor y nació en una familia pobre y de clase baja en la cultura romana de la época. San Ambrosio describió a Helena como una «buena criada estable».

A pesar de sus antecedentes, Helena se casó con Constantius Chlorus. Con él dio a luz a su único hijo, Constantine. alrededor del año 274. Casi dos décadas después, en 292, Constancio, ahora corregente de Occidente, se vio arrastrado por su creciente estatura y se divorció de Helena por Teodora, la hijastra del emperador Maximiniano Herculio. Se cree que hizo esto para avanzar en su propia reputación y avanzar en su posición en la sociedad romana.

Constantino fue siempre leal a su querida madre, a quien amaba mucho. A medida que creció y se convirtió en miembro del círculo interno, nunca dejó el lado de Helena. Después de la muerte de Constancio en 308, Constantino se convirtió en Emperador y convocó a su madre de nuevo al círculo interno y a la corte imperial. Helena recibió el título de Augusta.

Constantino ordenó a todos honrar a su madre. Incluso tenía monedas acuñadas, con su imagen. A través de la influencia de su hijo, Helena comenzó a abrazar el cristianismo. Con su título de Augusta Imperatrix, Helena recibió el reinado libre sobre el tesoro imperial. Se le encargó localizar reliquias de la tradición cristiana.