Salmo 140 | Versión completa | Explicado

El Salmo 140, también conocido como el Salmo de Protección contra los Enemigos, es un clamor de una persona en busca de protección contra aquellos que buscan dañarlos. En el primer párrafo, la persona se queja de aquellos que han planeado activamente y de forma maliciosa causarle dolor y sufrimiento, pidiéndole a Dios que los aleje de su vida y los aleje de su influencia negativa.

En el segundo párrafo, la persona reitera su deseo de protección, pidiendo a Dios que no permita que los planes malvados de su enemigo tengan éxito y que los haga caer en sus propias trampas. La persona se refiere a aquellos que se han convertido en una amenaza constante para su seguridad, esperando que Dios intervenga y detenga sus planes insidiosos.

En el tercer párrafo, la persona explica cómo se comportan sus enemigos, comparándolos con serpientes y víboras que esperan su oportunidad para morder y atacar. La persona invoca la ayuda de Dios para protegerse de estos peligrosos reptiles, buscando la fuerza y el coraje necesarios para lidiar con ellos de manera efectiva.

En el cuarto párrafo, la persona nuevamente expresa su confianza en Dios, pidiéndole que los guíe hacia el camino correcto y los proteja de aquellos que se han convertido en una amenaza para su bienestar. La persona busca la dirección divina para protegerse de los peligros que enfrenta y espera encontrar fuerza y apoyo en Dios mientras navega por las dificultades de la vida.

En el último párrafo, la persona concluye la oración del Salmo, pidiendo a Dios que castigue a aquellos que han buscado causarles daño y retribuya los males que han hecho a los demás. La persona se refiere a Dios como un refugio seguro en tiempos de necesidad, confidente y protector en tiempos de peligro, buscando su intervención divina para protegerse de aquellos que buscan dañarlos.

¿Qué dice el Salmo 140?



Salmo 140

1 Escucha, oh Señor, mi clamor;
¡ven pronto a socorrerme!
Oye mi voz cuando te pido ayuda.
2 Que mi oración suba como incienso ante ti,
y que mi levantamiento de manos sea como la ofrenda de la tarde.

3 Pon, oh Señor, centinela a mi boca,
vigila la puerta de mis labios.
4 No permitas que mi corazón se incline al mal,
ni que me asocien con malhechores
ni que yo coma de sus manjares.

5 Que el justo me corrija con amor;
será un favor para mí.
Pero nunca dejaré de orar
incluso cuando maltratan a los que me rodean.

6 Cuando sus líderes caen por los acantilados,
todos sabrán que mis palabras eran honestas.
7 Como cuando labrador ara un terreno rocoso,
así se esparcen nuestros huesos junto a la tumba.

8 ¡Pero yo clamo a ti, Señor!
¡Acude a mí rápidamente!
Escucha mi voz cuando te pido ayuda.

9 No permitas que los malvados tengan éxito
ni que me hagan mal con sus malas intenciones.
10 Que caigan en su propia trampa,
mientras yo sigo adelante.

11 Entonces, sabré que el Señor es justo,
que me ama y se preocupa por mí.
12 Porque no dejará que los malvados triunfen;
ni que yo sea engañado o lastimado.

13 Seguramente los justos alabarán tu nombre;
los honrados vivirán en tu presencia.



¿Qué enseñanzas nos deja el Salmo 140 católico?

El Salmo 140 nos deja varias enseñanzas importantes, tales como:

1. La importancia de la oración: El salmista comienza el salmo pidiendo al Señor que lo salve y lo proteja de sus enemigos. Esto nos recuerda que, ante cualquier problema o adversidad, debemos recurrir a Dios en oración y confiar en su protección.

2. La realidad de la maldad en el mundo: El salmo describe a los enemigos del salmista como personas malvadas y violentas, que buscan hacerle daño. Esto nos recuerda que vivimos en un mundo en el que existe la maldad, y que debemos estar preparados para enfrentarla.

3. La fidelidad de Dios: A pesar de la maldad de los enemigos, el salmista confía en que Dios lo protegerá y salvará. Esto nos recuerda la importancia de confiar en la fidelidad de Dios, aun en medio de las dificultades.

4. La necesidad de evitar la maldad: En varios versos, el salmista hace referencia a los malvados que intentan hacerle daño, pero también pide al Señor que no lo haga caer en la tentación de la maldad. Esto nos recuerda que no debemos ceder a la tentación de hacer el mal, sino que debemos tratar de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios.

5. La importancia de la justicia: El salmo termina con una petición al Señor para que los malvados sean castigados y los justos sean recompensados. Esto nos recuerda la importancia de la justicia, tanto en este mundo como en el venidero.




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