A continuación, dirijo mis plegarias hacia el Dios Trino y Uno, y ofrezco mi adoración y súplica en un acto de fe y amor profundo. En la presencia del Santísimo, reconozco la necesidad de reparación y la intercesión por las almas necesitadas. Con el corazón lleno de devoción, elevo mi oración hacia el Cielo, buscando la gracia divina y la conversión de los corazones.
Oraciones de adoración al Santísimo Sacramento
Actos de adoración:
Jesús mío, vengo a visitarte.
Te adoro en el Sacramento de tu amor y en todos los Sagrarios del mundo.
Te adoro especialmente en aquellos lugares donde estás más abandonado y ofendido.
Te ofrezco todos los actos de adoración que has recibido desde la institución de este Sacramento y que recibirás hasta el fin de los tiempos.
Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San Juan, tu discípulo amado, y de las almas más enamoradas de la Eucaristía.
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre todos los Sagrarios del mundo.
Dile a Jesús cosas que yo no sé decirle y pídele su bendición para mí.
Actos de fe:
Jesús mío, creo que eres el Hijo de Dios vivo que ha venido a salvarnos.
Creo que estás presente en el augusto Sacramento del Altar.
Creo que, por mi amor, estás en el Sagrario noche y día.
Creo que permanecerás con nosotros hasta el fin del mundo.
Creo que bendices a los que te visitan y atiendes las súplicas de tus adoradores.
Creo que eres el viático de los moribundos que te aman y que los llevarás al cielo.
Creo en Ti y creo por aquellos que no creen. (Comunión espiritual).
Actos de esperanza:
Jesús mío, espero en Ti porque eres mi Dios y me has creado para el cielo.
Espero en Ti, porque eres mi Padre y todo lo he recibido de tu bondad. Solo lo malo es mío.
Espero en Ti, porque eres mi Redentor.
Espero en Ti, porque eres mi Hermano y me has comunicado tu filiación divina.
Espero en Ti, porque eres mi Abogado y me defiendes ante el Padre.
Espero en Ti, porque eres mi Intercesor constante en la Eucaristía.
Espero en Ti, porque has conquistado el cielo con tu Pasión y muerte.
Espero en Ti, porque reparas mis deudas.
Espero en Ti, porque eres el verdadero Tesoro de las almas.
Espero en Ti, porque me mandas confiar en Ti bajo pena de condenación eterna.
Espero en Ti, porque siempre me atiendes, me consuelas y nunca has defraudado mi esperanza.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío!
Actos de caridad:
Jesús mío, te amo con todo mi ser y como a nadie más.
Te amo porque me has amado infinitamente desde la eternidad.
Te amo porque has muerto para salvarme y no has podido amar más.
Te amo porque me has hecho participante de tu divinidad y quieres que lo sea de tu gloria.
Te amo porque te entregas completamente a mí en la Comunión.
Te amo porque me das tu Cuerpo como alimento y tu Sangre como bebida.
Te amo porque siempre estás presente por amor en la Santa Eucaristía.
Te amo porque siempre me recibes en audiencia sin hacerme esperar.
Te amo porque eres mi mayor Amigo y me llenas de tus dones.
Te amo porque siempre me tratas bien, a pesar de mis pecados e ingratitudes.
Te amo porque me has enseñado que Dios es un Padre que me ama mucho.
Te amo porque me has dado por Madre a tu misma Madre.
¡Dulce Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más y más!
Dulce Corazón de Jesús, sé mi amor.
Te amo por aquellos que no te aman.
Te amo por aquellos que nunca piensan en Ti.
Te amo por aquellos que no te visitan.
Te amo por aquellos que te ofenden e injurian.
¡Qué pena por esto!
Te amo y te digo con aquel tu siervo: ¡Oh Jesús, me entrego a Ti para unirme al amor eterno, inmenso e infinito que tienes a tu Padre celestial!
¡Oh Padre adorable! Te ofrezco el amor eterno, inmenso e infinito de tu amado Hijo Jesús, como mío que es. Te amo cuando tu Hijo te ama. (San Juan Eudes).
Actos de contrición:
¡Jesús mío, misericordia!
Te pido perdón por los muchos pecados que he cometido durante mi vida.
Perdón por los pecados de mi niñez y adolescencia.
Perdón por los pecados de mi juventud y mi edad adulta.
Perdón por los pecados que conozco y los que no conozco.
Perdón por todo lo que te he disgustado con ellos.
Perdón por lo mal que me he portado contigo.
Siento mucho haberte ofendido.
¡Perdóname, perdóname, perdóname!
Perdóname según tu gran misericordia.
Perdóname por lo ingrato que he sido para Ti.
Perdóname y no quieras ya acordarte de mis pecados.
Perdóname y limpia mi alma de toda impureza e infidelidad.
Perdóname y ten misericordia de este pobre pecador.
Perdóname, porque estoy muy arrepentido.
Perdóname, que quiero ser bueno en adelante con tu divina gracia.
Perdóname y aparta tu rostro de mis ingratitudes.
Perdóname, que me causan mucho miedo mis pecados.
Perdóname, porque me reconozco pecador y reo.
Perdóname, porque a pesar de todo sabes que te quiero mucho.
Jesús, sé para mí Jesús.
Madre mía, intercede por mí ante tu divino Hijo Jesús.
¡Dulce Corazón de María, sé mi salvación!
Actos de gratitud:
Oh Jesús, te doy rendidas gracias por los beneficios que me has dado.
Nunca podré contarlos todos sino hasta en el cielo, y allí te los agradeceré eternamente.
Padre Celestial, te los agradezco por tu Santísimo Hijo Jesús.
Espíritu Santo, que me inspiras estos sentimientos, a Ti sea dado todo honor y toda gloria.
Jesús mío, te doy gracias sobre todo por haberme redimido.
Gracias por haberme hecho cristiano mediante el Bautismo, cuyas promesas renuevo.
Gracias por haberme dado por Madre a tu misma Madre.
Gracias por haberme dado un grande amor a tan tierna Madre.
Gracias por haberme dado por Protector a San José, tu Padre adoptivo.
Gracias por haberme dado al Ángel de mi Guarda.
Gracias por haberme conservado hasta ahora la vida para hacer penitencia.
Gracias por tener estos deseos de amarte y de vivir y morir en tu gracia.
Actos de súplica
Te ruego, Jesús mío, que no me dejes, porque me perderé.
Te ruego que persevere siempre en tu amor.
Te ruego que estés siempre conmigo, sobre todo cuando esté en peligro de pecar y en la hora de mi muerte.
Te ruego que no permitas que jamás me aparte de Ti.
Te ruego que sepa padecer con resignación por Ti.
Te ruego que no me preocupe sino de amarte.
Te ruego que ame también a mis prójimos.
Te ruego que ame mucho a los pecadores.
Te ruego que ame mucho a los pobres y a los enfermos.
Te ruego que ame mucho a las almas del Purgatorio, y que saque muchas almas del Purgatorio con mis obras, que te las ofrezco a este fin.
Te ruego que ampares a tu Iglesia.
Te ruego por el Romano Pontífice, tu Vicario visible en la tierra.
Te ruego por los Prelados y los Sacerdotes.
Te ruego por los Religiosos y Religiosas.
Te ruego por los que mandan en tu nombre.
Te ruego por los que gobiernan nuestra nación.
Te ruego por nuestra querida patria.
Te ruego por mis amados parientes y allegados.
Te ruego que pagues a mis bienhechores.
Te ruego que favorezcas a los que ruegan por mí.
Te ruego que bendigas a los que me miran con indiferencia y no me quieren.
Te ruego que trabaje mucho por Ti hasta la muerte.
Te ruego que me concedas una muerte santa.
Te ruego que diga al morir: ¡Jesús, Jesús, Jesús!
Te ruego que me lleves al cielo cuando muera.
Amén.
Oración final:
Jesús mío, échame tu bendición antes de salir, y que el recuerdo de esta visita que acabo de hacerte, persevere en mi memoria y me anime a amarte más y más. Haz que cuando vuelva a visitarte, vuelva más santo. Aquí te dejo mi corazón para que te adore constantemente y lo hagas más agradable a tus divinos ojos.
Adiós, adiós, Jesús mío.